En
la serie Todos contra Juan , el
protagonista interpretado por Gastón Pauls fue exitoso en la televisión de la
década de los 90 y nunca más brilló.
La pegó una vez, pero no se volvió a repetir. Hay estrellas a las que la fama
les dura, literalmente, 15 minutos.
Cómo
olvidar las peleas de Samanta Farjat y Natalia
Denegri, la conducción de Jimena Cyrulnik en Versus , las canciones románticas de Twiggy, los posts de Cumbio, las comilonas de Marianela Mirra en Gran
Hermano 2007 o las caras adolescentes de Cecilia Dopazo, Bettina O’Connell o
cualquier protagonista deCebollitas .
Luego
de vivir dos años en Méjico con su marido, el fotógrafo Lucas Kirby, Jimena
Cyrulnik volvió a la Argentina con lolas nuevas . En tierra
azteca, hizo publicidades y ayudó a su pareja en su productora. Ahora, sueña
con volver al aire y
dice que está con varios proyectos.
Otra
resucitada que vuelve a la TV es Marianela Mirra, la
ganadora de Gran Hermano 4 que había anunciado su retiro de las
cámaras hace un tiempo atrás. Este año, a pocas materias de terminar su carrera
como abogada, afirmó que volvería con en un programa periodístico sobre
casos policiales por América. Sin embargo, el canal luego desmintió esa
información.
La
cantante de Necesito un amigo, Twiggy , fue estrella
predilecta en los programas de Cris Morena y ahora es la reina
del anonimato. El año pasado lanzó un disco más que metafórico: He vuelto , y se la ha
visto tocando en las fiestas bizarren.
Las Bandana y los Mambrú ahora continúan con sus
carreras solistas, pero no gozan del éxito de antaño. Valeria Gastaldi,
Lourdes Fernández y Lissa Vera lanzaron varios discos, Virginia Da Cunha es la vocalista de la banda de pop
punkVirgin Pancakes y la colombiana Ivonne Guzmán sigue en
la industria de la música con campañas de conciencia social sobre
el abuso sexual.
De
los Mambrú, sólo Tripa (Germán Tripel) es reconocido, por su material solista y
su participación en musicales, como Rent. Arrepentido de haber integrado una boy band, él se
animó a decir que "Mambrú fue una
mierda" porque "es muy raro que te digan todo el tiempo que sos el
mejor y también es extraña la parafernalia de un grupo pop que sale
rápido y sabés que va a caer en
poco tiempo".
A
diferencia de los famosos que intentan volver, otros están contentos
en el anonimato. La que revolucionó el Fotolog, Agustina Vivero
(Cumbio ), la
rompió y desapareció. Fue cara de Nike, apareció en el New York Times y hasta
co-condujoVértigo con Matías Martin y Maju
Lozano. Se retiró del ojo público para volver a su estudio de Comunicación
Audiovisual.
Zulma
Lobato , la invitada favorita de Anabela Ascar en Crónica TV, está
ahora lejos de las cámaras. Hace seis meses, tuvo un cuadro
psiquiátrico y
aún se está recuperando en compañía de sus seres queridos.
Samanta Farjat, figura
mediática si las hubo de la mano de Mauro Viale, se alejó de la pantalla y se
convirtió en una madre de familia.
A fines de 2009 se casó con Leandro Camani y se dedicó a la crianza, como dice
en su perfil de Twitter @samantafarjat: “¡Felizmente casada y con una hija
hermosa a la que amo con locura!”
Algunas
caras fueron muy visibles en telenovelas juveniles, y ahora son rostros del
pasado. Cecilia Dopazo, por
ejemplo, fue una de las más populares en Clave de
Sol y definitivamente una
de las actrices más destacadas de los 80/90.
Ella
confesó haber padecido una “crisis vocacional”. Es más, se animó a hablar de
una “crisis de
identidad”. Dijo que la maternidad tuvo que ver con su retiro,
y que este tiempo se dedicó a hacer otras cosas, como ayudar a su marido Juan
Taratuto, escribir y decorar su casa.
Bettina
O’Connell también
saltó a la fama en una serie para adolescentes: Montaña
Rusa . A diferencia de sus compañeros, como Nancy Dupplaá o Gastón Pauls,
ella huyó de la exposición pública. Pero los que se van, siempre vuelven.
Ella ahora es la conductora de 3 deseos, un programa para preparar festejos de
cumpleaños de la señal Utilísima.
Todos
se acuerdan seguramente de Gamuza , de
Como
en esta historia, hay algunas personas que conocieron la gloria por breves
períodos y luego saborearon con amargura el gustito del fracaso.
¿Es mejor no lograrlo nunca que haberlo alcanzado y caer en el intento?
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